En mucho, este es el mejor vídeo-tributo que haya visto sobre mi querida blanca de Sega...
A pesar de su desaparición y la retirara de SEGA en el mercado del hardware, el tiempo al final ha puesto en su sitio a la consola. En el sitio donde mucha gente vió, ve y verá su calidad. No solo por su potencia, por ser pionera en los 128 bits con casi 2 años de diferencia respecto a la PLAY 2. Ni por algunos juegos de grandísima factura técnica y originalidad (como Shenmue) que marcaron un antes y un después en el sector. No...
Sino también por el carisma que desprendía... Aunque no sabría como describirlo por ser un objeto mecánico y no una persona... La consola, sus juegos y sus periféricos (como la Visual Memory), le daban un aroma, un carisma, un saber estar que solo alguien que ha disfrutado de la consola sin la presión de las opiniones ajenas, podía percibir.
En fin...
Mi querida Dreamcast sigue dándome horas de diversión en el pueblo cuando la subo. Y puesto que conservo el don de disfrutar de juegos clásicos con la misma pasión y disfrute que el primer día, tengo que reconocer que seguirá dándome muchas horas más. Y aún la conservo con su caja original, sus bolsas de protección... Podría decir que está más usada que el chumino de una put*, y sin embargo podría venderla como "seminueva usada".
Pero lo siento, no soy un americano como los de las SUBASTAS de TV, y no pienso vender mi Dreamcast. De hecho, por no vender, tampoco he vendido mi vieja ATARI 2006 que también conservo en su caja original y con más horas invertidas que la escritura de Tolkien sobre la Tierra Media.
Aishhhh...
¡¡Bendita nostalgia!!
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