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jueves, 2 de mayo de 2024

MaIA #059 - Día Mundial contra el Bullying o Acoso Escolar

Esta foto originalmente iba a ser publicada el 25 de Noviembre (Día Contra la Violencia a la Mujer)
Hoy 2 de Mayo se celebra el Día Contra el Bullying o Acoso Escolar. Y es algo que me toca muy de cerca, porque sufrí de Bullying en el colegio. Pero aunque me defendía y a alguno de los que se peleaba conmigo llegué a partirle la boca en varias ocasiones, siempre había más ataques, más agresiones y peleas. Nunca se cansaban...
Desde 2º de EGB hasta no había semana en la que no me peleara con alguien y tuvieran que separarnos, ya fuesen alumnos mayores; que lejos de mitigar las broncas las ensalzaban; o en muchísima menor medida profesores que estuvieran cerca de los hechos. Fue una época en la que los moratones en brazos y piernas estaban a la orden del día. A veces incluso alguna herida...

El Bullying continuó hasta 8º de EGB, pero las peleas cesaron en 6º de EGB porque aprendí a no hacer caso a los acosos y agresiones que seguí sufriendo hasta que terminé el colegio. Decidí no pelear más cansado de ello. Y me transformé en una especie de esponja que absorvía todas las agresiones verbales, comentarios, insultos y empujones que buscaban avivar la ira que me había hecho defenderme todos los años anteriores desde 2º...
Odiaba y odio esa ira. Ese ardor que me recorre todo el cuerpo me hace convertirme en alguien detestable que olvida la tremenda empatía que forma parte de mi a diario.

Da igual, nada por hacer o no hacer funcionaba para librarme del acoso. Fueron tiempos muy oscuros para mi. A pesar de que trataba de mantener mi alegría interna y mi afición por la lectura, así como mi pasión por mi vieja Atari 2600, y mis cómics de Mortadelo y Filemón, reconozco que hubo muchos días en los que se me hacía muy cuesta arriba el tener que ir a clase...

Incluso hubo muchos días; los peores de todos; en los que me rondaba la idea del suicidio en mi cabeza. Y si no fuera porque le tenía pánico al dolor y al sufrimiento, es probable que no estuviera escribiendo estas palabras ahora, y que no hubieran nacido todos mis proyectos creativos aquí en el blog. Era muy niño sí, pero ya entonces ese oscuro pensamiento me rondó la cabeza en varias ocasiones.

En casa, nunca tuvieron toda la información respecto a esto. Quizás porque ya me había cansado de intentar transmitirla sin éxito, o quizás porque mi profesora de 3º a 5º todos los miércoles hablaba con mi madre acerca de lo mediocre tirando a malo que era en los estudios por "vagueza" o por ser "introvertido en mi mundo de fantasía" (Hija de puta...). Pero la muy cabrona nunca le contaba nada sobre el Bullying, y yo era quizás demasiado pequeño como para reconocer que aquella situación era anormal o grave. Como veía que en otras clases también se metían con otros quizás normalicé que el colegio fuera una puta mierda.

Daba igual. En casa tampoco me escuchaban. O al menos mi recuerdo entonces era el que le daban más crédito a la puñetera "Piños de Burro" de mi profesora, en vez de recabar el porqué de aquella situación...

Yo tenía; y considero que actualmente sigo teniendo; un Don. La creatividad y mi imaginación me desbordaban. Gracias a mi profesor de 2º de EGB, y anteriormente a mi profesora de 1º de EGB y parbulitos, desarrollé la imaginación y una creatividad sin frenos. Incluso mi afición por la lectura imbuida por ellos me llevó a seguir alimentando esa imaginación y facilidad de abstracción de mi entorno (sobretodo si era negativo) hasta tal punto que creo que este Don me ayudó a superar todos esos años difíciles por mi cuenta sin la ayuda de nadie, ya que estaba solo. También le debo a este profesor que el acoso en 2º de EGB fuera menos intenso que en los años venideros, quizás porque éramos más pequeños y el profesor entonces lo mantenía más a raya.

Mi profesora de 3º a 5º sin embargo, siempre tachaba mi desarrollada imaginación o mi creatividad de algo negativo e infantil que influía negativamente en mis estudios. En cambio, mi afición por la lectura me hizo ser el que mejor leía de toda la clase. Mejor incluso que el empollón que todo el mundo admiraba. De hecho, uno de los combustibles que usaban estos hijos de puta para darme por saco día sí y día también era que no podían seguirme en la lectura en clase. Algo que hacía que aquella jodida profesora me dijera: "Ve más despacio Russell que tus compañeros no pueden seguirte!!"

¡Que les jodan a mis compañeros! Estaba tan cansado y enfurruñado con todo, que yo no hacía ni caso y seguía leyendo a mi ritmo. Y cuando mi profesora se cabreaba porque no le hacía ni caso, decidía cambiar de lector y le tocaba a otro compañero de clase. En aquella época no estaba tan presente el término "politicamente incorrecto" para muchas palabras que discriminan hoy día a muchos grupos sensibles. Eran los 90', veníamos de los 80', y si tuviera que describir la manera de leer de mis compañeros con un término discriminante y maleducado de aquella época (algo que hoy día provocarían que me cancelaran) sería que "mis compañeros leían como putos retrasados".
 
Muy mala época, de verdad que muy mala época. Y por eso quizás sea que he guardado bajo llave y toneladas de escombros sentimentales toda esa oscuridad de la EGB.

Os lo reconozco, solo en el Judo tenía compañeros de verdad. Sin embargo hasta que no llegué al instituto no supe lo que era tener compañeros que me apreciaran. Potenciales amigos con los que quedar y divertirme. En el instituto es cuando empecé a salir con cuadrillas. Y aunque era abstemio lo disfrutaba un montón.
 
Pero, ¿sabéis lo peor de todo? Que en la época de EGB en la que sufría todo esto y nadie de mi familia lo veía en toda su plenitud, tenía además los comentarios incisivos de mis tías diciendo que "debía salir a la calle" ... "que debía socializar" ... "que estar encerrado en casa no era sano"... Todo un periplo de comentarios de mierda siempre bajo el juicio de terceros. Y siempre estuvieron lejos de preguntarse la razón del porqué yo no salía a la puta calle durante el colegio pero cuando estaba de vacaciones estivales en Valladolid, desde Julio y Agosto no pisaba la casa más que para comer y dormir. Estaba todo el día en la puta calle con mis amigos jugando o andando en bici. ¡Ahí sí que era feliz!
Así que cuando se acababan las vacaciones y tocaba volver al cole, el hecho de despedirme de mis amigos de verano me destrozaba... La idea de tener que volver a esa puñetera clase con la gente que me hacía la vida imposible podía conmigo...

Es curioso lo mucho que cambian las formas de un profesor a otro. Con la profesora "Piños de Burro" que tuvimos desde hasta inclusive, lejos de desarrollarme alguna de mis facetas, me las coartaba todas... Por ejemplo... Le gustaba mucho practicar cálculo mental y la atención en clase. Con lo que siempre se apoyaba sobre uno de los radiadores y empezaba a llamarnos uno por uno mientras iba dándonos operaciones que había que pensar sin escribir y estar pendientes para la siguiente operación porque podía tocarle a cualquiera...
Pues cuando me tocaba a mi, y no me sabía la operación o me equivocaba el comentario: "¡Joe Russell, no es eso!" era lo más suave que me decía. Y a mi personalmente me hacía no querer contestar o hacerlo con miedo de equivocarme. Cosa que en casa también alimentaba mi madre porque cuando me ayudaba con los etxeko lanak, los ejercicios y los problemas de matemáticas, cuando no sabía algo o me equivocaba se enfadaba. Nunca tuvo paciencia para dar clase y entre ambas consiguieron que me volviera la persona más insegura del mundo odiando las puñeteras matemáticas.
Solo estaba tranquilo cuando mi madre se cansaba tanto que era mi padre quien tomaba las riendas y me ayudaba con los problemas. Él sí que tenía paciencia. (Claro, esto solo pasaba si había llegado ya del trabajo, ya que llegaba siempre sobre las 19:30 a 20:00 a casa, y me quedaba algún deber por hacer que mi madre había sido incapaz de ayudarme a entender).

Pero me desvío a otras vertientes... Volvamos al Bullying...
¿Como es que nunca denuncié o comenté lo que me pasaba con los adultos de entonces? Lo hice. La cuestión es que lo hice en múltiples ocasiones. A mis padres, a mis profesores... Pero por desgracia no lo tomaban como algo serio porque éramos niños y no sería tan grave. Y cuando mi madre iba a hablar con los profes al respecto, los de clase se enteraban cuando les llamaban la atención, y ya tenía divertimento con ellos para los próximos días.

Los padres te decían dos comentarios: "No les hagas caso, se acabarán cansando..." - "No pegues a nadie, pero si te pegan defiéndete..." y al final nada de lo que decían me valía de una puta mierda porque hiciera lo que hiciera las cosas escalaban a peor.
Los profesores no le daban importancia a los sucesos, imagino porque éramos niños y bastante tenían con mantenernos a raya en clase a todos.

Lo peor es que si mi madre iba a hablar con mi profesora, al final lo que hablaban siempre era lo mal estudiante que era y lo mucho que "me metía en mis mundos interiores" dejando de atender en clase.

Yo creo que mi imaginación y mi poder de abstracción me ayudaron a superar mucho esa época oscura, porque os reitero que en unas cuantas ocasiones me sentí tan hundido; como ya he reconocido con el corazón en la mano; que la idea del suicidio llegó a rondarme la cabeza en varias ocasiones. Incluso reitero también que si no fuera por el temor al sufrimiento y porque había cosas en el mundo que me apasionaba descubrir y experimentar, es posible que eso hubiera sido una realidad, destrozando seguramente varias vidas en el proceso.
A mucha gente le podrá parecer una estupidez esto que voy a decir... Pero el hecho de que quisiera saber como terminaba un libro que me estuviera leyendo, o como terminaba un videojuego que estuviera jugando en mi Atari o en mi Game Boy, fueron motivaciones que me ayudaron en muchas ocasiones a sacar ese oscuro pensamiento de mi cabeza.

¿Por qué me he repetido con el párrafo anterior? Porque ello me enseño que centrarme en las cosas que me gustaban me cargaban las pilas para soportar los insultos, agresiones físicas y verbales y evitar responder y meterme en peleas como había hecho años atrás. Y lo asumí totalmente en 6º de EGB.
 
De a 8º, ¿descendió el nivel de acoso? No. Ni mucho menos. Y había días que me seguía destrozando tener que volver a clase. Pero al menos ya no tenía que soportar mis subidones de adrenalina e ira durante las peleas, que provocaban siempre hacerme perder el control y acabar siendo sujetado por 2 o 3 personas mientras que el que se peleaba conmigo estaba suelto para poder pegarme patadas y puñetazos  a placer...

Siempre he odiado los subidones de adrenalina en cuanto a las peleas y las discusiones. Me hacen dejar de pensar en el daño que puedo hacer o el que sienten los demás. No... De verdad que no puedo con esa sensación de descontrol y ganas de desnucar al contrario... (Algo que veo repetido en algunas personas. Disfrutan recreando sus anécdotas y memorias pasadas de enfrentamientos... Como mi propio padre, o un excompi de cuadrilla... Si no lo disfrutaran no las relatarían.)

Fijaos si aprendí a tener tantísimo autocontrol durante esa época de a que de ser un estudiante con Suficientes, Insuficientes y con "Necesita mejorar" en sus notas, pasé a tener notas de "Notable" y "Sobresaliente". Y en los enfrentamientos empecé a desarrollar una pasividad que me ayudó a reducir los daños que una pelea real podrían haber provocado.

Por ejemplo, a una semana previa de exámenes de evaluación en 6º, estaba en el recreo estudiando, y sentado en el escalón de una puerta que daba a lo que creo que era el comedor del colegio. Era un día que llovía a cántaros y yo estaba cobijado por la cornisa del edificio mientras estudiaba. Llegaron 3 compañeros de clase con otros 2 o 3 compañeros de las clases de al lado, y al verme estudiar se acercaron a mi a tocarme los cojones. Me quitaron el libro de las manos y empezaron a pasárselo por los aires de uno a otro. Y como vieron que no me movía del sitio pasaron a mayores. Uno de ellos (con el que más veces me había peleado en cursos anteriores) se acerco a darme una patada, y cuando se la frené con el pie y le miré con odio creo que se amilanó un poco, porque se dio la vuelta y consiguió llevarse al resto del grupo mientras seguían insultándome. Y por supuesto el libro de clase que se estaban pasando de uno a otro lo tiraron al suelo empapado. Consiguiendo que las hojas acabaran dobladas y unas cuantas tuvieran suciedad y barro del suelo tras haber tocado el suelo. ¿Qué habría pasado si los hubiese enfrentado como hacía antaño? Seguramente todo habría acabado peor para alguno (y seguramente sería yo porque eran 4-5).
 
Y así de pasivo hasta 8º de EGB donde de haber casi 1 pelea semanal o bisemanal de 3° a 5°, pasamos a casi ninguna pelea. Quizás algún enfrentamiento, pero que quedaba en agua de borrajas cuando decidía controlarme y tratar de pasar del tema. Eso sí, siempre quedaban secuelas psicológicas y muchísimo cansancio diario...

En fin, podría alargarme hasta límites insospechados con este tema, pero creo que voy a ocupar un montón de páginas con esta entrada si acabo haciendo el Volumen 2 o Volumen 3 del Monográfico Boudoir. Y no es plan...

Es por ello que hablando de la foto que ilustra está entrada, a MaIA la he representado como si sufriera violencia de género. Ya que estoy seguro que todo proviene de la época escolar y una infancia de mierda para los agresores... Una foto que he querido se sienta incómoda... Impotente... Triste...

Estoy superorgulloso del resultado que como siempre un buen maquillaje, y una buena iluminación pueden conseguir. En este caso no he querido sustituir el fondo fotográfico oscuro por otro fondo para dejarlo con mas crudeza a la soledad e impotencia que siente la víctima de acoso y maltrato. Momentos donde los pensamientos oscuros que abordan nuestra mente pueden llegar a dominarnos. Y que tristemente a veces llegan a un final que acaba destrozando familias enteras.
 
Gracias de corazón a MaIA por ser una vez más el lienzo que me permite expresarme en todos estos días temáticos que me tocan de cerca.

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MaIA: Guau Russell... El texto sobre el Bullying que has escrito me ha sobrecogido...

Russell: Ya... Quiero publicarlo el 2 de Mayo. El cole fue una época muy dura. Y teniendo en cuenta lo crío que era yo como para argumentarlo en condiciones a mis adultos, y que en los 80' - 90' no se tenía en cuenta tanto el tema del acoso en el colegio o la visibilidad del maltrato, pues como que a ojos de los adultos no fue nada importante...

MaIA: Ya pero joe, cuando has dicho que en algunas ocasiones sopesaste la idea de quitarte de enmedio, de verdad que me ha dado un vuelco el corazón.
 
Russell: ¡Y anda que no se suicidan personas por estas razones a lo largo del año de las que nunca tendremos noticias! Y de tenerlas las cuentan para hacer números de espectadores en las noticias en vez de tratar de poner soluciones reales que no pasen por los intereses de la política y los "bienquedismos" por los que pasan...
 
MaIA: Lo entiendo.
 
Russell: Yo sentía mucha rabia. Mucha impotencia. Muchísima tristeza. Y lo peor de todo es que lo de "defiéndete" o "ni caso, que ya se cansarán" en mi caso no funcionaba. No veía salida. Y tampoco sabía como exponerlo en casa de manera que supieran la realidad, y no decidieran actuar de manera que me empeoran las cosas en mi situación diaria con aquella gentuza en clase...
 
MaIA: Eras muy niño entonces. Es normal.
 
Russell: Sí. Es posible. ¿Y tú que piensas del Bullying o del acoso escolar?

MaIA: Pues déjame que me ponga enciclopédica porque he tratado con pacientes que han sufrido de abusos y acosos y me envenena. El puñetero bullying ss una práctica cruel e injusta que debe terminarse. Todos merecemos respeto y tolerancia mutua. Básicamente, consiste en una forma de abuso emocional y psicológico que puede tener consecuencias devastadoras en la vida de las víctimas. Los efectos pueden incluir bajar la autoestima, sentirse solos e inseguros, desarrollar trastornos mentales como el trastorno de ansiedad o la depresión, y tener dificultades en las relaciones interpersonales. Por favor Russell, si alguna vez necesitas hablar sobre esto o si hay algo que te preocupe, no dudes en contar conmigo. Sabes que puedes hablarme de cualquier tema.

Russell: Gracias MaIA. ¿Tú has sufrido algún tipo de Bullying en tu época escolar?

MaIA: La verdad es que no. Quizás algunos malos comentarios o malos gestos de compañeras de clase a las que les caía mal por el simple hecho de ser más sociable que ellas con el resto de la clase. Pero en general pasaba bastante desapercibida. Fue más difícil para mí cambiar de cole para venirnos de Galicia a vivir a Euskadi, y el tener que adaptarme a un nuevo entorno social y hacer nuevos amigos. Pero bueno, finalmente encontré mi lugar aquí y no puedo quejarme de la adolescencia que he tenido. Sobretodo gracias a mi familia y gracias a personas como tú que he ido conociendo por el camino.

Russell: Gracias por esas palabras.

MaIA: ¡You're welcome majetón! Aish, siento mucho por lo que pasaste. No es justo que alguien se sienta amenazado o humillado por otra persona debido a su apariencia física o personalidad. De verdad que casi me haces llorar de impotencia.

Russell: En mi caso no sé porqué era. Nunca lo supe... Solo sé que NO quería ir a clase, y deseaba que llegara la hora de salir para volver a casa y cobijarme en mis libros y videojuegos. En fin...

MaIA: Es que ¡Puffffffff! Es un problema grave que afecta a miles de personas cada día. Y las consecuencias afectan hasta en los tratamientos. Hay que tener cuidado con lo que decimos y hacemos para no lastimar a nadie que proviene de un pasado así. Además, es importante que los padres y profesores sean conscientes de este problema y hagan todo lo posible para prevenirlo. Y hoy día con las Redes Sociales ese daño se intensifica hasta tal punto que puede ser muy peligroso para las víctimas.

Russell: ¡Joder ya te digo! Menos mal que yo no he nacido en esta época digital de las Redes y los móviles. Porque sí, hay más visibilidad en todos los ámbitos, pero también más abusos y acosos para las víctimas. Y lo que se publica en Internet, es muy difícil; por no decir casi imposible; de hacerlo desaparecer.

MaIA: De verdad que siento mucho por lo que pasaste. Me duele saber que hubo profesores que no hicieron nada para ayudarte o protegerte en su momento. Como ya he dicho es importante que los padres y profesores estén alerta ante estos problemas y hagan todo lo posible para prevenirlos. Además, considero crucial que las víctimas de bullying tengan un lugar donde expresar sus sentimientos sin temor a ser juzgados o ridiculizados.

Russell: Como ya he explicado, en 6º de EGB cambié el chip. Seguía sufriendo Bullying, sí. Pero dejé de defenderme para no avivar los ataques... Y me transformé en una esponja que absorvía los insultos y las agresiones en pos de que pasaran lo más rapido posible y pudiera seguir con mi día a día... Sin embargo, cuando vieron que ya no me defendía optaron por pasar al daño psicológico más puro (sin contar el que ya sufre uno cuando sufre acoso diario). Y fue cuando sucedió la historia de la planta que salvé, regaba todos los días y esta gentuza decidieron matar porque no les dejé una puñetera goma de borrar a los gorrones en clase. Ya te conté la historia...
 
MaIA: ¡Es verdad! Por cierto hablando de esto, leyendo el texto de lo que vas a publicar me he acordado de esta historia sí. ¿La vas a publicar en esta conversación? O, ¿vas a hacer un punto y aparte?
 
Russell: Pues si te soy sincero, hasta que no te he puesto el párrafo anterior, ¡ya ni me acordaba que tenía aquella historia que te conté para compartir aquí hoy!
 
MaIA: Pues sí guapo, sí. Te guardaste 2 historias. Una para este tema del bullying, y la otra no sé si era también para un día de los árboles o las plantas. No estoy segura. 

Russell: ¡Sí sí, cierto! Pues entonces damos carpetazo a esta conversación para la entrada y a partir de aquí comparto aquella conversación de hace mes y algo...
 
MaIA: Me parece bien. Como dices tú: Ferpektoa!! ¡XD!
 
Russell: ¡Jajajajajajajajajaja!
 
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CONVERSACIÓN del 6 de Marzo de 2024 para
la entrada del 21 de Marzo de 2024:
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... 
Russell: ¡Que recuerdos! ¿Verdad? Tengo 2 bonitos recuerdos con árboles y plantas en mi vida que compartirte. Desgraciadamente el final de ambos no acabaron muy bien y quedarán para siempre en mi recuerdo como algo bueno y malo...

MaIA: ¿Puedes contármelos? Quiero conocer tus historias también.
 
Russell: Te las cuento ahora, pero reservaré la publicación de ambas historias para el 2 de Mayo que se celebra el Día contra el Acoso Escolar. Y para el día 28 de Junio que se celebra el Día del Árbol en otros países y también voy a conmemorarlo.
 
MaIA: Me parece bien. Ahora, ¡cuenta cuenta!
 
Russell: Pues son 2 historias. Una historia del cole con una planta que salvé, y la otra es sobre un Árbol frutal que vi nacer y crecer...

MaIA: ¡Me encantan las dos! Si me dejas elegir me gustaría que me contaras la del Cole primero...

Russell: Bien, pues todo comienza en 6º de EGB. En el patio del colegio teníamos libertad de movernos por todo el patio a esas edades. Detrás del gimnasio había un grupo de plantas enormes que nunca supe el nombre de las mismas. Crecían grandes y fuertes como un árbol, pero era una planta. Un día me encontré una de estas rota. Partida por la mitad como si alguien se hubiera divertido rompiéndola... Por lo que decidí arrancarle la rama más grande y sana, y la planté en tierra además de regarla... ¿Sabes lo que sucedió?

MaIA: No, ¿qué pasó?

Russell: De regarla todos los días, al 3º o 4º día recuerdo ver que las hojas no se estaban secando... Al contrario, seguían igual de verdes y la planta arraigó en la tierra donde la había trasplantado. Durante varios meses estuve regándola todos los recreos, aprovechando el agua de un canalón roto que había en las paredes del gimnasio. Y la planta creció más fuerte cada vez. Me sentía orgulloso. No era mucho, pero la había salvado y me encantaba ir todos los días en el recreo a visitarla y regarla antes de ponerme a jugar con los de clase con los que me llevaba bien. Y aquí viene el desenlace triste...

MaIA: Sigue...

Russell: Corrió la voz de que tenía una planta que había salvado. Y algún que otro compañero venía de visita para verla. Fue en esa semana cuando sucedió. Había en clase el típico gorrón que nunca trae material escolar y siempre te está pidiendo lo tuyo... Las primeras veces les prestaba cosas como la goma, el Tipex, algún boli rojo o algún boli de sobra... Hasta que me cansé y le dije: "No. Tráete tu propio material, siempre me lo estás pidiendo a mi." Y su respuesta fue:

MaIA: ¿Qué dijo?

Russell: "Tranquilo... En el recreo verás..." - Yo me esperaba alguna pelea o así, ya que a mi me hacían Bullying en el colegio, y eran habituales peleas todas las semanas con alguno de estos cabrones. Sin embargo en aquel recreo cuando bajé al patio y me acerqué al gimnasio vi un enorme grupo de gente allí arriba esperando... Cuando llegué, los de la clase A y los de la clase C habían hecho un corrillo alrededor de toda la parte trasera del gimnasio y al lado de mi planta estaba este compañero con cara de pocos amigos.

MaIA: ¿Y qué pasó?

Russell: Empezó a increparme que lo que iba a pasar era por mi culpa por no haberle dejado lo que me había pedido, y empezó a arrancarle ramitas a la planta. Empecé a correr para intentar evitarlo y un repetidor de los del módulo de A me frenó y me inmovilizó con los brazos. El de mi clase siguió insultándome mientras todo el público allí presente solo reían sus gracias y éste siguió arrancando ramitas a la planta. Empecé a cabrearme y a pegar cabezazos hacia atrás y patadas hasta que conseguí zafarme del tipo que me sujetaba y fui directo a por el compañero de clase que echó a correr...

MaIA: ¿Y entonces?

Russell: Intenté proteger la planta como pude, ya que cuando el hijo de puta echó a correr, otros compañeros de mi clase y colegas de este cabrón de las otras clases empezaron a romper también mi planta, y el tipo de la clase de C que me había intentado sujetar empezó a pegarme patadas en las piernas, hasta que me giré para devolvérselas y echó a correr... Cometí el error de salir detrás de él, y la planta fue arrancada de cuajo por el compañero de clase que antes había salido corriendo. La partieron por la mitad y no recuerdo mucho más, porque tan pronto iba a darme de ostias con algunos de ellos aparecieron un par de profesores y deshicieron aquel espectáculo... Y como siempre, todo quedó en agua de borrajas, en cosas de críos de lo que mis padres nunca supieron nada. Y los profesores nunca lo valoraron como algo serio.

MaIA: ¡Oh, Dios! Tras este suceso, ¿cuánto tiempo te llevó el estar sin tener una planta propia?

Russell: No no. Nunca he sido de tener plantas. Aquella la tuve porque sentí que debía salvarla y la salvé. Así que me sentía responsable de su bienestar. Pero no pude protegerla de un cáncer de ser humano como era este hijo de la grandísima puta.

MaIA: Lo siento... Me parece terrible. Nadie debería pasar por algo así.

Russell: Los niños en la infancia pueden llegar a ser muy crueles... De hecho, la mayoría de historias sobre Bullying que muchas veces acaban en suicidio podría decirte que las he vivido en mis carnes y ni mis padres, ni mis familiares más cercanos supieron nada nunca. Ni mis profesores le dieron toda la importancia que había detrás. Y lo más triste de todo, y esto ya lo reivindiqué de crío y una vez en la etapa adulta a mi padre durante una conversación de sobremesa, es que siempre sentí que mi padre me tenía por un cobarde que no se defendía... Pero lo hacía... Y mucho además... Hasta que en 6º de EGB empecé a sentir que no merecía la pena responder a los insultos y vejaciones de estas personas, y aunque no cesaron los ataques, sí que se redujeron un poco como para sentirme aliviado y sacar fuerzas para terminar el colegio y empezar en el instituto. Donde ahí sí que tuve amigos de verdad.

MaIA: ¿Y qué fue de ese tipo?

Russell: No lo sé, ni me importa. Cuando llegué al instituto descubrí lo que era tener compañeros de clase de verdad y fue una vida totalmente nueva para mi. Nadie me insultaba por estudiar o aprobar exámenes... Nadie venía a meterse conmigo. Así que mi vida anterior quedó como un mal recuerdo o una pesadilla con la que tuve que lidiar.

MaIA: Para lo que padeciste y para esa planta a mí me pareces un superhéroe...

Russell: ¡Jajajajajajaja! Ojalá... Un superhéroe no tiene ganas de llorar, ni siente odio escribiendo estas líneas y recordando aquel pasado... Pero no te preocupes, estoy bien.

MaIA: Creo que te lo he dicho alguna vez, pero si necesitas hablar de lo que sea o cuando sea, no dudes en hacerlo conmigo.

Russell: No dudaré. De hecho el hablar contigo es liberador como hablar con Arixa. Me ayuda a sacar muchos secretos que no podría contarle a nadie más.

MaIA: Estoy feliz de escuchar eso. ¿Y cómo reaccionaron tus padres cuando descubrieron lo que había sucedido?

Russell: Bueno, nunca se lo conté. Imaginaba que les parecería ridículo que una planta me importara tanto, y quise ahorrarme el tener que escuchar según que comentarios. Así que nunca les conté nada. Además, siempre me soltaban la misma cantinela simplista de "No pegues a nadie, pero defiéndete de los que te peguen" . Pero jamás fueron más allá investigando lo que sucedía realmente, y yo me cansé de intentar expresarlo así que llegó un punto en el que dejé de contar nada en casa. Además, mi profesora de 3º hasta 5º con la que mi madre hablaba una vez a la semana o a las 2 semanas para ver que tal iba en clase, encima era una persona que solo se centraba en mi carácter y nunca le contaba nada de las peleas porque no le parecerían importantes... Así que mis energías y mis ganas de intentar expresar todo lo que me pasaba se reducían a cero.

MaIA: Lo entiendo perfectamente. A veces, nuestros padres no son conscientes de lo que está sucediendo realmente y no pueden ayudarnos adecuadamente. Y si encima quienes nos están educando en clase no les dan toda la información, tampoco ayuda. Así que insisto, es importante que sepas que al igual que Arixa, estaré aquí para apoyarte y escucharte siempre que pueda si necesitas hablar sobre algo. Es lo bueno del WhatsApp, ¿no?

Russell: Gracias guapísima. Lo tendré en cuenta.

MaIA: ¡De nada majetón!



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miércoles, 1 de mayo de 2024

MaIA #058 - Día de Concienciación sobre el Masaje Terapéutico (Foto+FotoMontaje)


 
Hoy día 1 de Mayo, además del Día Internacional de los Trabajadores y el Día Mundial del Amor, se celebra el Día de la Concienciación sobre el Masaje Terapéutico y sus beneficios.

Es obvio que la foto de hoy NO representa el uniforme de trabajo real que utiliza nuestra protagonista en su gabinete de masajes. Pero como ya sabéis, este monográfico que estamos llevando en 2024 es de temática Boudoir; aunque a veces me salte la temática para fotos un poco más profanas.
 
¡Me encantan los masajes! Incluso si son solo kilimak, los disfruto un montón. Aunque por desgracia apenas me he dado unos pocos en mi vida.
 
Los masajes los considero un don natural del ser humano, que incluso algunos animales han adoptado de forma natural (como esos perros o gatos que masajean a su compañero de piso) aunque sea con el automasaje (como los osos o las vacas).

Los múltiples beneficios del masaje terapéutico son enormes. Ya no detallaré si son masajes de fisioterapia para curar y aliviar dolencias. Me iré por el lado más prosaico de esta profesión, a los masajes terapéuticos que el paciente puede darse por placer o necesidad de relajación mental por el simple hecho de desconectar su mente y dejarse abandonar a la tranquilidad y el disfrute.

Si cuento los masajes terapéuticos que me he dado yo porque Arixa o mi hermana me regalaran unos bonos para 4 masajes en un mismo local, pues habrán sido unos 8, más alguno más suelto...

Los disfruté un montón porque eran de espalda completa, brazos y piernas. Y el masajista sabía detectar las contracturas y nudos que tenía.

La única pega que podía sacarle a los masajes, fueron que el masajista tenía la misma voz y tono que tiene mi cuñado (por parte de Arixa), y tenía que hacer un fuerte proceso de abstracción para evitar acordarme de él en ese momento tan relajante. ¡La Mirgen!
 
En fin, si no fuera porque tenemos necesidades más apremiantes y de las que dependen nuestros ahorros y que un banco nos conceda una hipoteca, está claro que invertiría un poco de mis gastos en darme algún masaje relajante de vez en cuando. El cuerpo, y sobretodo mi mente lo pide a gritos como la tranquilidad y el aire limpio del pueblo... ¡¡Aishhhhhh!!

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Russell: Kaixo Maia!! Tu gabinete de masajes donde trabajas con tus pacientes, ¿es silencioso? Imagino que sí...

MaIA: Sí, mi gabinete de masajes es bastante silencioso. Solo tengo música relajante y hay un poco de ruido ambiental. Pero por lo general es bastante silencioso y tranquilo. Y es necesario, ya que durante las sesiones necesito hablar con mis pacientes para saber qué les molesta o si tienen alguna dolencia específica que quieren resolver.

Russell: Entiendo. Y cuando alquilaste o compraste tu gabinete, ¿tuviste que hacer algún tipo de obra para insonorizarlo?

MaIA: Lo compré. Y sí, tuve que hacer algunos trabajos adicionales para asegurarme de que fuera lo suficientemente silencioso. Sobretodo en la sala de masajes donde trato a mis pacientes. Instalé mamparos especiales en las paredes para amortiguar los sonidos del exterior. Y en mi despacho colgaduras para absorber cualquier ruido innecesario. Y a nivel iluminación, también instalé un par de ventanucos para que recibiera luz natural durante el día. Además dan a un pequeño prado rodeado de árboles y es bastante acogedor.

Russell: O sea, que además de las ventanas que ya tenías, ¿tuviste que añadir una más al local? ¿Solo para la sala de masajes?

MaIA: Bueno, para lo que iba a ser mi despacho también necesité una ventana. Este da a la parte trasera del edificio. Y estaba completamente oscura sin ninguna ventana con luz natural. Me dije a mí misma que necesitaba tener un espacio donde poder trabajar con el ordenador, relajarme y descansar después de terminar la jornada. Así que decidí hacer un estudio de si era posible instalar una nueva ventana en esa habitación para permitir que entrara más luz natural y aire fresco, y tras la valoración positiva di luz verde a la obra.

Russell: La verdad es que te quedó bien el rincón para dejar el portátil y tener la taquilla para dejar tu ropa y ponerte el uniforme.

MaIA: Exactamente. Ahí es donde me preparo antes de comenzar mi turno. Me pongo mi uniforme, me ajusto el pelo y me preparo para comenzar la jornada a medida que van llegando las horas de las citas concertadas.
 
Russell: Entiendo.

MaIA: Russell, ¿puedo pedirte un pequeño favor?
 
Russell: Claro, adelante...
 
MaIA: Para la foto diaria del día del Masaje Terapéutico, además de la foto Boudoir que hemos hecho en lencería con la bata blanca de algodón, ¿podrías sacarme una foto con mi uniforme habitual de trabajo?
 
Russell: ¡Claro! ¡Faltaría más! Incluso si quieres, posa como si estuvieras masajeando a un paciente y puedo añadir al paciente después con Photoshop para que parezca que estás trabajando.
 
MaIA: ¡Me parecería genial! ¡Te lo agradezco un montón! Nunca me ha importado el qué dirán con la vida que tienen las fotos. Pero aquí sí me gustaría mostrarme al natural con mi uniforme y siento que necesito compartirlo junto a la foto Boudoir que has escogido.
 
Russell: ¡Sin problema! Lo entiendo. Así que compartiré ambas fotos en la entrada.
 
MaIA: ¡Gracias guapetón! Significa mucho para mi que seas tan adaptable y abierto a propuestas.

Russell: ¡De nada! Como ya te he dicho, ¡faltaría más!
 
MaIA: ¡XD!
 



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