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Desde que tengo memoria siempre me han gustado el toque estético que dan las gafas a las mujeres. De txiki, se me hacía raro ver a compañeras del cole o a mujeres de mi familia sin las gafas cuando se las quitaban para limpiarlas o para dormir...
Cualquiera me diría ahora que "quizás estaba acostumbrado a verlas con ellas puestas", pero con los años he podido confirmar que no solo era costumbre. Sino que las gafas decorando el rostro de una mujer son un fetiche para mi y dependiendo del tipo pueden realzar las facciones o características de ese rostro. Por ejemplo, me encanta ver a mi pareja Arixa con las gafas, entre esa increíble mirada que tiene, su nariz que me vuelve loco, y el perfilado natural de sus labios cuando no me pone caretos, cuando se quita las rapidillas lentillas por la noche, y se pone las gafas... ¡¡Es que me la comía a besos de arriba a abajo!!
En fin, aquí he querido tributar con esta foto el recuerdo de mis primeras gafas cuando me descubrieron en 3º de EGB que tenía miopía...
Fueron unas gafas de pasta de color rojo con dibujitos de notas musicales e instrumentos en la montura, muy parecidas a las que le he podido vestir a MaIA en el retrato. Si bien es cierto que yo no tengo los ojos azules como ella, una de mis mejores fotografías sacadas de imprevisto por un fotógrafo de boda, fueron con estas gafas todo guapetón... (Hablando de, tengo que buscar esa foto, escanearla y restaurarla digitalmente, porque solo la tenemos en papel y se está descoloriendo).
En fin, con un conjunto de gafas rojas, labios pintados de rojo, y lo que podemos atisbar es un vestido de color rojo intenso, nuestra protagonista conjunta ese color con el azul de sus ojos y el azul oscuro del pañuelo/bufanda de lana que lleva al cuello.
