Cuando era muy txiki, me alucinaba ver afeitarse a mi aita.
Ese ritual que hacía tras ducharse, y el como limpiaba la cuchilla tras varias pasadas sobre el jabón que había aplicado a su barba me encantaba.
Y de ese recuerdo nostálgico, había un objeto que a día de hoy sigue existiendo y funcionando... Y es el Corta Sangre.
¿Qué es esto?
Pues no es más que una piedra (con un sabor horrible por cierto XD) que si la pasabas sobre algún corte producido por la cuchilla, notabas un ligero escozor y te hacía dejar de sangrar. Cuando se secaba la zona, notabas que te había creado una ligera capa que te recordaba al salitre, pero de un modo distinto y relacionado con el mineral del que estaba hecha la piedra esa.
Mi padre o yo mismo, no es que nos cortáramos a menudo al afeitarnos, al contrario. Pero cuando de vez en cuando sucedía, el tener esta piedra a mano al lado de nuestras cuchillas, el jabón de afeitar de La Toja (¿Como no?) y la brocha, pues siempre era de utilidad.
¡¡Qué recuerdos!!
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