Desde txiki me ha encantado la lectura. Siempre he devorado los libros que cayeran en mis manos tanto accidental como premeditadamente. Y aunque hoy día no le dedico tanto tiempo como antaño; debido a que estoy desarrollando siempre mi lado creativo a través del ordenador y variados; reconozco que no hay mayo placer que sentarte en un sitio tranquilo con un paisaje que te rodee, respirar profundamente y sentir el tacto y el peso de un buen libro entre mis manos.
Pasar las páginas entre mil historias...
Desconectar tu presente y disfrutar de ese yo que se aparece cuando leemos...
La verdad es que es genial.
Tengo muchísimos libros infantiles que de crío adoraba leer y releer. Y entre ellos algunos eran los que muestro en la foto de hoy.
Todos tienen su historia...
Desde el libro de Burattino (siempre leí voluntariamente Buratnito, que me hacía más gracia), en el libro "La Llave de Oro". Un libro ruso que me regaló una de mis tías en uno de sus viajes. Hasta "Miguel el Travieso" de Astrid Lindgren. Que poco o nada tenía que ver con su homónimo Daniel en dibujos animados. Hasta pasar por FOGUI EL FUEGO... Un libro infantil del que guardo muy buen recuerdo por ser el primero que me leí cuando aprendí a leer.
Fogui el fuego y los textos que salían por la TV.
¡¡Qué recuerdos!!
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