| Diafragma: F-11 | Obturación: 1/125 segs | ISO: 110 | Sin Flash | |
Como ya he dicho me gusta el fondo marino.
Sus secretos...
Las peceras me flipan, aunque nunca tendría una.
Y esta foto me tiene robado el corazón, porque nunca un pez había tenido la iniciativa de salir del agua para posar en mi objetivo y poder sacar esta imagen...
Andando en bici, fui a repostar mi cantimplora de agua en una de las fuentes de manantial de un pueblo en Las Merindades (me reservo la privacidad del nombre), y me quedé a cuadros cuando de pronto vi un buen puñado de peces distintos en lo que vendría siendo el pilón de la fuente donde reside el agua que cae del grifo.
Me resultó curioso, relajante, y como llevaba la cámara encima me dediqué a sacar fotos mientras me sentaba a disfrutar de su forma de nadar, hasta que en una de esas que estaba intentando fotografiar un enorme pez amarillo que había en el fondo, uno más pequeño de color anaranjado se le ocurrió pegar un salto fuera del agua haciendo posible capturar este momento gracias a mis reflejos.
¡Menos mal que ya tenía la configuración manual bien puesta para fotografiar al pez amarillo! Si hubiese tenido que configurar la cámara, ¿de qué habría tenido esa suerte para fotografiar al espontáneo pececito anaranjado?
Ahora bien, ¿por qué pongo esta foto en el proyecto como nostalgia? Porque los peces y el fondo marino me llenan de curiosidad, respeto, y sensación enorme de nostalgia desde que era bien txiki.
¡¡Qué recuerdos!!
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