Durante tanto tiempo la has observado. Aún es el día que si no te ve animado te lanza una sonrisa para arrancarte una a ti. Aún es el día en el que te gustaría tener una conversación fuera de ese lugar donde tantas horas pasais. Aún es el día que no dejas de mirarla. No obstante, le echaste valor y se lo transmitiste, y con toda su dulzura-sinceridad que la caracterizan rebatió...
No obstante, y aunque ya no intentas mirarla como antes, no puedes evitarlo. Percibes que la relación entre ambos ha mejorado. Que ya no te mira como antes. Que aunque ha rebatido, te mira de un modo diferente, un modo más cercano. Inclusive ahora, el momento de arrancaros sonrisas se tercia más especial.
Aunque ya habeis puesto en común y aclarado el rebatido, te encantaría darle un abrazo. Solo eso. Lejos de las miradas. Lejos de los comentarios. Abrazarla y nada más. Sin aditivos. Sin segundas intenciones. Tan solo tener la oportunidad de cerrar los ojos, aspirar su aroma profundamente y transmitirle los sentimientos, los escalofríos, los momentos que la miras caminar cuando pasa delante de la puerta de tu despacho, de la forma más intensa posible.
Sin embargo, el mundo es injusto, y algo tan sincero y simple como esa acción no te será facilitado. Por lo que te conformas con:
- Verla sonreir.
- Mostrarle alguna cara sonriente garabateada en un papel antes de entrar en tu despacho, a ojos interrogantes de l@s compañer@s de su mesa.
- Usar algunas de las herramientas que compartimos entre muchos, para submensajes que jamás llegarán al destino de la forma que deseas.
- Provocar jocosamente y con cariño la incomodidad de la persona que te acompaña diariamente en el dpto. al realizar similares acciones para terceros, por <<el qué dirán-pensarán>> los entes de despachos superiores.
Seguir siendo tú en cualquier clase de circunstancia aun a incomodidad del resto, si con ello logras hacer sonreir a otra persona, cualquier cosa habrá merecido la pena. Más aún si en el grupo al que arrancas sonrisas se encuentra la que te arranca sonrisas a ti.
Moraleja: "Minuto 7:10 del corto" Jamás dudes. Jamás dejes de ser tú. Y si (en este mundo donde <<no se hacen amigos en el trabajo>>) terceros sonrien por tu causa, cualquier reprimenda habrá merecido la pena.
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4 comentarios:
Dígamos que la entrada es realista porque relato una realidad. Ojalá hubiera tenido otro final, pero bueno...
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